jueves, 29 de septiembre de 2011

Cómo pueden mejorar las nuevas tecnologías la vida en las residencias


La Sociedad de la Información ha estado ligada a toda una serie de avances tecnológicos que aspiran a mejorar nuestra calidad de vida. No obstante, la tercera edad es la franja más reacia al uso de móviles e Internet, de modo que los progresos alcanzados para ayudar a los mayores a vivir con independencia y a mantenerse activos por más tiempo pueden no alcanzar sus objetivos.

¿De qué forma se puede superar la exclusión digital a la que parecen abocados los ancianos desde las residencias de la tercera edad? Un buen punto de partida es habilitar aulas de informática adaptadas a las necesidades físicas y funcionales de los usuarios.

Existe un órgano técnico del IMSERSO, llamado CEAPAT, que apoya y participa en programas sobre tecnología aplicada a los mayores. En su web se puede consultar una unidad de demostración, que da pautas sobre la configuración del equipo y los productos de apoyo necesarios para facilitar el acceso dependiendo de la discapacidad, si física, visual o auditiva.

Una vez equipados los ordenadores, desde la residencia se debe instar a los ancianos a navegar sin miedo. Esto se consigue a partir de la puesta en marcha de cursos que consten de ejercicios fáciles que estimulen su memoria y les ayuden a potenciar sus conocimientos de manera lúdica.

Una buena opción son los videojuegos accesibles para la tercera edad. El pasado 13 de septiembre Popcap Games publicaba un estudio que detalla beneficios tangibles entre la población mayor de 50 años. Un 50% de los jugadores de Bejeweled Blitz, un juego de puzzles muy simple de Facebook, agudizaron sus habilidades en el ejercicio de tareas cotidianas. Otro 23% declaró haber incrementado su velocidad en las rutinas diarias tras haber jugado.

Estudios como el citado prueban la validez de los juegos de consola como fuentes de rehabilitación y mejora de la calidad de vida.

Así mismo, desde los centros es necesario un esfuerzo en la asunción de nuevas tecnologías que repercutan positivamente en sus residentes. Primero fue la teleasistencia, pero ya existen un sinfín de aplicaciones para smartphones y tabletas que pueden ayudar a monitorizar la salud de los ingresados. The Times, por ejemplo, ha destacado el Teléfono de la Gripe (enlace con la noticia), que permite rastrear posibles epidemias a partir de la introducción de los síntomas de los pacientes.

Durante mucho tiempo, las singularidades de la población senior no eran tenidas en cuenta por las empresas de software por su menor capacidad adquisitiva y su falta de familiarización con la tecnología. Por suerte, la perspectiva ha empezado a cambiar, ya que desde la Unión Europea se han aprobado diversas normativas que apoyan una sociedad de la información accesible para todos. Y las residencias de la tercera edad han de aprovechar este impulso.

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