Aunque hay muchos más beneficios, la exposición al sol equilibra el sistema nervioso, tonifica los músculos, combate el cansancio, la depresión y el stress, tiene un efecto positivo sobre determinadas afecciones de la piel, aumenta los niveles de vitamina D en el organismo, etc. El reflejo del agua del mar y la radiación del sol en la arena incrementan la circulación sanguínea; los poros de la piel de abren, acelerando la eliminación de residuos y materias nocivas. Desde la Antigüedad se sabe también que los baños de arena calentada por el sol gozan de un gran poder curativo contra el reumatismo, la artritis, las neuralgias y la obesidad.
Todos sabemos que el sol es imprescindible para la vida. A fin de cuentas nos proporciona energía y genera innumerables efectos positivos sobre nuestro organismo. Así entre otras cosas, favorece la circulación sanguínea y la expulsión del ácido úrico, estimula la síntesis de la vitamina D, facilita que el calcio se fije en los huesos, multiplica la producción de glóbulos rojos, estimula el transporte de oxígeno por la sangre, mejora enfermedades de la piel como la psoriasis, la dermatitis atópica o el acné y estimula en ciertos casos la síntesis de algunos neurotransmisores y el metabolismo de las proteínas además de levantar el ánimo decaído.
Sin embargo, hay que tener siempre presente que, como en todo, el exceso no es bueno y es necesario tomar el sol con precaución y respetando algunos consejos.
Recomendaciones:
- Comienza a tomar el sol de una forma gradual. Las primeras semanas, menos de 15 minutos al día.
- Debes tener más cuidado entre las 12 y las 16 horas, en esa franja horaria los rayos son más dañinos.
- Aunque tengas la piel gruesa u oscura y no te quemes normalmente, sol también puede dañarla. Todos tenemos que usar cremas protectoras con un factor adecuado a cada tipo de piel.
- Es recomendable usar un factor superior a 20 en cara y nariz.
- La crema protectora debe aplicarse media hora antes de la exposición al sol para que la piel tenga tiempo de absorberla. La dosis debe renovarse cada vez que se entre en contacto con el agua, y cada cierto tiempo al permanecer al sol mucho tiempo.
- Durante la exposición al sol se debe beber a menudo y tomar alimentos acuosos -frutas o verduras- para prevenir la deshidratación.
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